Quién es Juan Polcan, el exfutbolista de Banfield que conoció a Messi tras acampar diez horas frente a su casa
Hace casi un año se mudó a Europa para instalarse en Italia, donde es jugador profesional de futsal. Logró que le den dos días para viajar a París con la única misión de conocer al astro argentino. El relato de cómo llegó a cumplir su sueño.
Juan pasó las diez horas frente a la casa del astro en París con la camiseta de la Selección Argentina. Casi llaman a la Policía pero finalmente cumplió su sueño.
Lo dicen sus redes sociales: «Enfermo de Lionel Messi«. Así eligió describirse Juan Polcan, un joven jugador de futsal que se desempeñó en el club Banfield y que hace casi un año de fue a vivir a Europa por una posibilidad deportiva. Allí, acaba de conocer al astro argentino luego de haber pasado diez horas acampando frente a su casa en París.
En agosto, el joven se mudó a Italia para jugar en el IBS Le Crete. Allí, consiguió «los días libres para intentar ver a Messi con la condición de que si lo conseguía tenía que autografiar una camiseta». Con ese objetivo inició esta aventura que, reconoció, venía planeando desde hacía meses. «Yo averigüé todo antes de viajar», reveló.
¿Cómo consiguió la dirección del capitán de la Selección Argentina? «Un montón de gente me habló para saber la dirección, pero por respeto no la voy a decir. Yo busqué en Internet, pero literalmente no hay rastro. Pude conseguirla con un peluquero que lo fue a visitar y vive en París. Tampoco me dijo exacto, pero me indicó más o menos dónde era. Cuando llegué a las 8 de la mañana a la zona tardé como 45 minutos en encontrarla», contó.
El acampe de diez horas frente a la casa de Lionel Messi
«La espera fue por amor, por las ganas que tenía de conocerlo. Sólo desayuné un capuchino en el hostel en el que me estaba quedando a la mañana y nada más en el día hasta las 9 de la noche que regresé. La gente pasaba, me miraba y sospechaban que algo de Messi tenía que ser por la camiseta. Me senté a esperar a las 9 de la mañana cuando vi que se fue a entrenar. Al principio estaba solo y cerca del mediodía se sumó otro chico que venía a traerle un cuadro que estaba increíble”, relató.
La jornada tuvo de todo: el futbolista volvió cerca de las 13 y no pudo acercarse, pero Juan Polcan cree que lo vio. Luego, a las 15.30, contó que Antonella Roccuzzo, su esposa, bajó la ventanilla de su auto y le dijo que iba a buscar a sus hijos. Sin embargo, aunque le «habló con la mejor onda» y le prometió que iba a poder verlo, «al volver no me dio bola». Lo peor ocurrió poco después cuando un empleado de seguridad le dijo que iba a llamar a la Policía si no se iba.
Fue allí cuando el ex jugador de futsal de Banfield creyó que no iba a cumplir su sueño. Sin embargo, se la jugó por esperar que lo saque la fuerza pública si era necesario. «Yo organicé dos días para verlo, no podía rendirme», justificó. Hasta que ocurrió el milagro.
«De la nada aparece Antonella, nos señala la puerta y nos dice ‘vengan, vengan’. Ahí fue la escena que más me impactó: ella nos abrió la puerta de la casa. Nos podría haber mandado por otro lado pero prefirió dejarnos entrar a su hogar”.
El sueño de conocer a Lionel Messi y un autógrafo eterno
Lo primero que hizo Juan al ver a Messi, además de ponerse nervioso, fue decirle lo mucho que lo admiraba y agradecerle «no por el Mundial, sino por alegrarme la vida desde chico. Me motivaste siempre y me sacás una sonrisa en cada partido que jugas». En diálogo con Infobae reveló: «Mi objetivo no es hacerme viral ni nada por el estilo. Yo quiero que la gente se entere cómo es él, su sencillez, su humildad”.
En pantalón corto y pantuflas, el capitán del equipo nacional accedió a sacarse fotos y firmarle la camiseta del Le Crete en el que juega Juan al futsal. «Me dio un abrazo y me autografió el brazo. Ahí me di cuenta de lo nervioso que estaba, Me temblaba el brazo como nunca y Lionel me tranquilizó para que la firma saliera lo mejor posible». De ahí, fue derecho a tatuársela: «Me fui al Arco del Triunfo a tatuármelo. Justo el otro chico con el que entramos era tatuador y me dio una mano con eso. Fue en plena calle».
